Una nueva etapa comenzó para Marilina Bertoldi, una artista emergente
de nuestro rock que siendo tan joven tuvo que reformularse y salir a la cancha
con dos propuestas diferentes. El viernes pasado La Trastienda Club recibió el
set eléctrico y la gente respondió colmando el lugar y respetando los climas
que pedían las canciones de su vida solista.
Este texto debe destacar antes
que nada, la versatilidad y la destreza de Marilina para deformar esas
canciones que supimos conocer en esos discos con poca difusión, pero dignos de
salir a escuchar a la brevedad. Las canciones estuvieron al alcance de la mano
el viernes, pero con formatos muy distintos a los originales, eso puede chocar
pero no puede dejar de ser destacado.
El público llenó la sala y le dio
el respaldo que ella necesitaba, se la nota más madura, mas completa con
diversas funciones en escena que las realiza de manera impecable y va camino a
realizarlas aún mejor, la banda acompañó de buena manera aportando guitarras,
batería, teclados, bajos y demases.
“En mí” abrió la noche y mostró
el poder vocal que Bertoldi nos regaló en sus proyectos anteriores. La destreza
y el coraje lo mostró en las interpretaciones de “Separar” y “Feeling Good”,
cargándose la canción al hombro y saliendo victoriosa. “Incendios” y
“Malabares” muestran otra cara más conocida de su historia.
Fue un show que sirvió de
introducción, fueron 14 canciones que estuvieron palpables y que nos dieron el
termómetro del momento del artista, arranca una gira intensa para la banda que
los encontrará a comienzos del que viene con nuevos temas. Esto genera ansiedad
porque será el disco que Marilina tanto busca, donde tendrá todas las pilas
puestas y en el cual se reflejará el momento musical de mutación que ella está
viviendo. Hay crédito disponible y seguramente será bien utilizado.
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