Arrancamos un nuevo año, y lunes a lunes La Bomba de Tiempo sigue a
paso firme convocando muchísima gente proveniente de todos los ámbitos que uno
imagine. Este lunes 13 nos acercamos a la Ciudad Cultural Konex para sumarnos a
la experiencia que sigue creciendo semana a semana.
El sol cae, el reloj marca las 8
de la noche y un grupo de personas vestidas de rojo suben tímidamente al
escenario del patio del Konex, quizás uno de los mejores más lindos para ver
shows que nos puede ofrecer Buenos Aires. La gente se acerca de a poco, algunos
prefieren verlo desde lejos para poder disfrutar de una cerveza o un fernet,
pero lo que es claro es que todos disfrutan a su manera.
Lo interesante que tiene este
espectáculo es que hay muchísimas maneras de vivirlo, entre otras podemos
marcar: prestando atención a las señas que utilizan los directores para ir
llevando la improvisación, acción que se puede analizar desde distintas
ciencias, bailando de manera alocada dejándose llevar por la música que viene
del escenario o charlando con amigos, sin tener la mirada fija en el escenario,
disfrutando de La Bomba como música funcional.
El Konex es un lugar cómodo que
invita a la interacción, como sugerencia es preferible ser bilingüe o saber
rebuscársela con algún idioma porque los turistas disfrutan mucho de esta
experiencia y les gustan interactuar, es increíble ver la cantidad de personas
de diferentes lugares del mundo que se acercan a esta atracción, se los
distingue por la manera en que lo viven, la cual es diferente a la nuestra.
Sobre el escenario se advierte
una energía única, un grupo de músicos que disfruta lo que hace y que se nutre
de lo que la gente transmite, crean climas, suben y bajan, mostrando diferentes
texturas dentro de un estilo que quizás todos creemos que no tiene muchas
aristas.
La Bomba de Tiempo es un show más
que recomendable para ver y experimentar, son dos horas de descarga, de
movimiento, de baile, de charla y de disfrute que permiten encarar la semana en
la oficina con una sonrisa, la cara de un muchacho de zapatos naúticos nos dió
la prueba clara de esta situación.
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