En una noche cuasi invernal por la temperatura que había en las afueras del Luna Park, Gustavo Cordera y La Caravana Mágica hicieron una apuesta, y estuvieron a la altura porque fueron 2 horas y media de grandes canciones de un tipo que demostró que está intacto, y que tiene una energía con la que pocos frontman cuentan en nuestra música.
Aproxidamente fueron 17 la
cantidad de Luna Park que hizo Bersuit Vergarabat desde 2004 en adelante, con
Gustavo Cordera a la cabeza, por eso este show contaba con una enorme carga
emotiva para el “Pelado”. El mismo arrancó con una presentación especial de
Andy Kusnetzoff, quien contó anécdotas, entre otras cosas.
“Me la juego a morir”, “Tenete
Fe” y “Canción para mi cabeza” fueron las 3 primeras y mostraron a una banda
ajustada, y que se siente muy cómoda. El Pelado caminaba el escenario y atraía
todas las miradas de los asistentes, el primer tercio se basó en todas
canciones de su etapa solista, se recorrieron las 3 placas de estudio y las
nuevas editadas en “Cordera Vivo”.
Para destacar de este tramo, la
versión de “Agua de Río”, una canción que habla de todo lo podrido que tenemos
los seres humanos dentro nuestro. El primer pico emotivo lo tuvo con su hija
Gianella cantando a dúo “No hay monstruos invisibles”, tema que también había
grabado con ella en su primer disco solista, pero este no fue el único de una
noche irrepetible.
En la segunda parte, la cual fue
solamente acústica, dos tipos de espaldas recibieron a un pelado vestido de
pijama. Gustavo Cordera contó la historia del “Abuelo Pipo”, la verdadera razón
de la vestimenta de Bersuit Vergarabat, y se despachó con versiones de “El
tiempo no para”, “La Calavera”, “Que paso?” y “El viento trae una copla”. Si
alguno estaba con dudas, a partir de ese momento se entregó por completo al
magnetismo de este hombre.
En la última parte se armó el
bailongo, sonaron todos los hits de “La Caravana Mágica”, con invitados de la
talla de Kevin Johansen y Palito Ortega. Otro lujo y sueño cumplido fue cantar
junto con su hermano “El baile de la gambeta”, otro de los fiesteros de BV. La
sorpresita de la noche fue “La del Toro”, con bailarines de flamenco invitados,
quedaba un poco más porque sonaron “Mi Caramelo” y “Soy mi soberano”, a modo de
cierre.
“Un pacto” fue el mejor final que
podía tener una noche así, el renacer del que Cordera habla está a flor de
piel, ya que el timonazo que hizo al volver a amigarse con su historia musical
fue una decisión que viene cosechando éxito tras éxito. El público asistente,
cada vez más cerca de los 40, se fue con una enorme sonrisa y con la certeza de
que pronto volverá a vivir una noche de caravana.
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