lunes, 28 de octubre de 2013

EL ROCK QUE TANTO ANHELAMOS


Noche lluviosa de viernes, igualmente decidimos acercarnos al Ultra Bar para ver después de varios meses un nuevo show de Andrea Alvarez, esta vez con la excusa de presentar su nuevo tema “Se pudre todo”, el cual va a formar parte de la próxima placa. Acompañada por Tomas Brugués en guitarra y Lonnie Hillyier en bajo, el local ubicado en el centro porteño explotó de rock durante 80 minutos.

Lamentablemente en nuestra música, el reconocimiento no va de la mano con la trayectoria, a veces nos acordamos tarde de ciertos músicos que hicieron mucho por nuestro rock. Uno de estos casos es el de Andrea Alvarez, quizás relacionada más a ciertas colaboraciones en las mejores bandas de nuestro país, que a su carrera solista.

Minutos antes de las 10 en un Ultra Bar repleto comenzó a sonar “Alterego”, pegado apareció “Calladitos”, con un sonido impecable y que dejó rapidamente las incógnitas de lado con respecto a la inclusión de Tomás en guitarra, quizás una de las notas más destacadas de la noche. A lo largo de los temas pudo ponerle su impronta a cada una de las composiciones de Andrea, dando un sonido mas rocanrolero a la banda.

El público se mantenía en silencio buscando captar los excelentes pasajes musicales que el show brindaba. En la mitad del show, Andrea comentó que este concierto traía nuevas canciones y despedía otras. Aparecieron “Cementerio Club” y “El monstruo de la laguna” de “Pescado Rabioso”, pegadito se vino el tema “Se pudre todo”, en el cual como dice el nombre dan ganas de patear todo y empezar de nuevo.


Melody”, canción del año 2005, fue desempolvada aprovechando la inclusión de Tommy en guitarras, según palabras de AA. Uno de los picos de la noche fue cuando sonó “Manic Depression” del gran Hendrix que nos dejó a todos con la boca abierta.

Se venía el final, sonaron “Doble AA” y “Muerto”, dos de Doble A, disco editado en 2008, pegadito vino “Olas”, con un aire “Santanesco” en el medio. El último de la noche fue “Algo ha cambiado” de Pappo, en una de esas versiones de las cuales El Carpo hubiera estado orgulloso. La gente pedía otra, pero no había más, parte de la magia del artista es también dejar con ganas al público.

Andrea Alvarez nos regaló otro gran noche, y nos hizo acordar porque la extrañamos tanto cuando no toca tan seguido. Acompañada de una excelente banda con un Tomás Brugués mostrando estar a la altura de las circunstancia y más, y un Lonnie Hillyier que tiene ese groove en el bajo que solo se consigue en Estados Unidos, a pesar de todos los esfuerzos que uno haga con el instrumento de las cuatro cuerdas.

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