lunes, 1 de diciembre de 2014

UNA EXPERIENCIA QUE NO SE PUEDE CATALOGAR





Amores Tangos usó su nuevo DVD como excusa para regalar una noche repleta de ritmos en La Trastienda Club, con un show que no dejó nada librado al azar y que hizo bailar nuevamente a gente de todas las edades empezó a despedir el mejor año de su corta e intensa carrera musical.

De un tiempo a esta parte, nos pasa que hay muchas bandas a las cuales no se puede catalogar en ningún estilo musical, eso muchas veces exaspera a cierta gente del medio porque no sabe explicar que es lo que hace una banda con su música. La mejor manera de mostrar que es lo que hace “Amores Tangos” es acercarse a un show de ellos, mostrar un disco es solo una pequeña pizca de todo el potencial que tienen.

En una Trastienda armada en su formato teatro, con sillas y mesas, la banda de Jose Teixidó abrió el concierto al igual que el material audiovisual editado, entrando por el fondo de la sala. La gente, tímidamente, comenzó a aplaudir y a soltarse con los primeros acordes. 


Fue un show de más de 90 minutos, el cual contó con todos los invitados frecuentes a los shows de “Amores”, es muy difícil destacar a uno porque la paleta de estilos va desde la experiencia y sobriedad de Osvaldo Peredo, hasta el barrio y arrabal de Limón García, pasando por la juventud y justeza del Negro Falótico y la alegría del Cucuza Castiello.

Hubo baile porque también sonó una versión de “Mulatada” de Mariano Mores con bailarines en el escenario. Son muchos los hechos para destacar en una noche donde la banda sonó más ajustada que nunca, y mostró que el 2014 los puso en un lugar en el cual el trabajo cobra otra dimensión.

Para el final dejaron el momento de cumbia con la versión de “Amores como el nuestro” de “Los Charros”, entonado por el Negro Falótico, y un público que siempre queda con ganas de más. Queda una fecha el 20 de diciembre en el Caff, el lugar que los adoptó en Buenos Aires, “Amores Tangos” es otro fiel reflejo de que catalogar una banda es lo peor que le puede pasar a la misma, porque es ponerle barreras a algo que no debe tenerlas.






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